El arroyo de los Toriles se encuentra al este del término municipal, entre los parajes de Los Salvares y La Chaparra. Puede accederse por la carretera de Carrizosa a Villahermosa, a unos dos kilómetros del pueblo.
Se trata de un barranco situado entre los parajes conocidos como Los Selvares y La Chaparra. Recoge las aguas del llano de El Perdiguero, desembocándolas en el río Cañamares, y formando cascadas en tiempo de lluvias, provocadas por la ruptura vertiginosa del terreno, lo que ha dado lugar a formaciones geológicas muy llamativas.
En una de sus vertientes, se encuentra un conjunto de Cuevas de Quintería, bien conservadas, que otorgan un mayor valor a la zona.
El relieve es muy interesante y vistoso, aun en tiempo de estiaje; rompiéndose el terreno desde los 915 metros en la cola del Barranco hasta los aproximadamente 850 metros en el cauce del río Cañamares, que cruza por el sur, en una longitud de dos kilómetros.
Este yacimiento, descubierto en 2018, cubre periodos desde el Paleolítico Inferior hasta la Edad Media. Es de interés para el estudio de la evolución de las poblaciones humanas en la submeseta sur de la península ibérica concretamente en el área del Campo de Montiel. La submeseta sur no es especialmente rica en yacimientos fósiles, aunque sí arqueológicos, por lo que este yacimiento podría contribuir al conocimiento del pasado en esta zona de manera sustancial. La primera campaña de excavación del yacimiento fue dirigida por Daniel García Martínez (CENIEH), Pedro Reyes Moya Maleno (UCM) y Aitziber Suárez Bilbao (UPV).
Fuentes: cenieh.es y turismo.infomancha.com
Se trata de un yacimiento muy prometedor que promete llenar el vacío de conocimiento sobre la Prehistoria y la Evolución Humana en la zona. En ella se ha hallado fauna del Pleistoceno Medio y herramientas líticas del Paleolítico Medio (700.000 - 200.000 años aprox.), asociados a un ambiente de paleo-lagunas, similar al que encontramos hoy en día en las cercanas Lagunas de Ruidera.
Aunque este yacimiento tienen un grandísimo potencial, la escasa financiación dedicada a la Evolución Humana en Castilla-La Mancha, ha hecho que hayamos podido realizar una única campaña de excavación preliminar en el yacimiento. De hecho, durante el año, las ayudas para patrimonio de la Comunidad Autónoma, ni si quiera han sido publicadas, haciendo imposible el excavar nuevamente el yacimiento.
A través de este proyecto de la Fundación Goteo se pretende realizar una campaña de excavación, dedicando gran esfuerzo a la difusión de los resultados a nivel local y nacional, contribuyendo de este modo a la economía de esta zona rural en considerable riesgo de despoblación.
En Paleontología Humana, el Pleistoceno Ibérico es un referente a nivel mundial ya que tenemos presencia de diferentes especies humanas desde hace 1 millón de años. Algunos ejemplos son el descubrimiento de la especie Homo antecessor en el yacimiento de la Gran Dolina de Atapuerca (Burgos), la presencia de H. heidelbergensis o “pre-Neandertales” en la Sima de los Huesos de Atapuerca o Banyoles (Cataluña) y la dilatada presencia de los Neandertales, con yacimientos como El Sidrón (Asturias), Lezetxiki (País Vasco), Pinilla del Valle (Madrid), o la Sima de las Palomas (Murcia). Aunque la península ibérica tiene espectacular registro fósil, hay una carencia grave de yacimientos con registros paleo-antropológicos en la Meseta Sur Ibérica. Esta Meseta comprende las comunidades de Madrid, Castilla-La Mancha y Extremadura. A nivel geográfico, se extiende desde el Sistema Central en el norte hasta Sierra Morena por el sur y hasta el Sistema Ibérico por el este.
El motivo de la carencia de fósiles relevantes en algunas zonas de la Meseta Sur, como el área conocida como "La Mancha" no es una realidad de sesgo, ya que otras regiones de la Meseta Ibérica como Madrid o Guadalajara presentan registro fósil, sino que obedece probablemente a 1) el uso eminentemente agrícola de la zona, que puede haber propiciado que los yacimientos al aire libre se alteren o se pierdan; 2) en relación con esto, el gran despoblamiento que estas zonas rurales están sufriendo por el fenómeno llamado La España vaciada, ha hecho que los esfuerzos económicos de estas Comunidades Autónomas se hayan centrado en inversiones en infraestructura para el sector primario (agricultura y ganadería), intentando fomentar la permanencia de población en el entorno rural; 3) el hecho de que la Academia de estas áreas se ha centrado más en la Historia Antigua que en la Prehistoria, dedicando pocos recursos económicos al conocimiento de esta última.
Link con descripción interactiva al proyecto: https://prezi.com/p/ls8unqd6vup3/dossier-cueva/
Mini documental sobre la Cueva de los Toriles
El hallazgo de un tejón primitivo ha permitido datar el yacimiento de la «Cueva de los Toriles», en el Pleistoceno Inferior-Medio, según ha determinado un equipo de investigadores del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (Cenieh).
El equipo, que ha encabezado el paleoantropólogo Daniel García, ha publicado en la revista «Journal of Iberian Geology» un artículo sobre unos restos de tejón primitivo que han permitido datar en dicha era geológica el yacimiento, que potencialmente podría ser un enclave singular con restos fósiles de la meseta sur de la península ibérica en estas cronologías, ha informado este miércoles el Cenieh en una nota de prensa.
Asimismo, ha indicado que a pesar de que actualmente no existe datación exacta de los depósitos sedimentarios de este yacimiento, el hallazgo de dos molares inferiores atribuidos a la especie «Meles cf. Thorali», un tejón primitivo, ha posibilitado averiguar su antigüedad potencial, ya que este mustélido extinto se encuentra principalmente en yacimientos de en torno a un millón de años.
El especialista en mustélidos de la Universidad de Ciudad del Cabo Alberto Valenciano ha explicado que «de acuerdo con la presencia de esta especie de tejón en la cueva, podemos asumir tentativamente una edad que va desde el Plioceno Superior hasta el Pleistoceno Medio».
Daniel García también comparte esta opinión, ya que ha considerado que «estas cronologías serían coherentes con algunas piezas de industria lítica recuperadas en el yacimiento».
El estudio de la meseta sur es primordial para conocer el poblamiento y movimiento de la fauna de la península ibérica, ya que funciona como un corredor natural que conecta el Sistema Central e Ibérico al norte, con la cordillera Bética al sur.
En la meseta sur, la representación de yacimientos del Pleistoceno es mucho menor que en la meseta norte, donde se encuentran yacimientos de importancia mundial como el de Atapuerca (Burgos), ya que el uso eminentemente agrícola de la tierra ha provocado que en muchos casos los yacimientos al aire libre se alteren o desaparezcan.
La «Cueva de los Toriles» también constituye un importante yacimiento por la dilatada presencia humana desde la prehistoria que están viendo en las primeras investigaciones, ha resaltado el experto de la Universidad Complutense Pedro R. Moya Maleno, quien lo ha definido como «un importante hito en la arqueología de Castilla-La Mancha y de la submeseta sur».
El yacimiento de la Cueva de los Toriles, en Carrizosa, sigue aportando evidencias de la presencia humana en esta cueva de finales del Neolítico y los inicios de la Edad del Cobre. Las excavaciones arqueológicas efectuadas este verano han permitido encontrar herramientas y restos de cerámica de aquella época.
Hallazgos a los que se suma el de la falange de un dedo encontrada en la anterior campaña y que perteneció a un ser humano que habitó en esta cueva hace 6.000 años, según han demostrado las pruebas con carbono 14.
Según el paleontólogo Daniel García Martínez, que ha liderado la última campaña de excavaciones, «en los alrededores también hemos hallado materiales y evidencias más antiguas, del Paleolítico, así como otros fragmentos de telares árabes y más elementos romanos y medievales que hemos de estudiar en estos meses para, una vez estudiadas y limpiadas estas piezas, exponerlas en Carrizosa en invierno en unas jornadas divulgativas».
El equipo multidisciplinar que ha estudiado este verano el yacimiento de Carrizosa ha estado formado por arqueólogos, geólogos, paleoantropólogos y biólogos de Castilla-La Mancha, Madrid y Castilla y León, que han contado con el apoyo de la Universidad Complutense de Madrid y el Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana vinculado al yacimiento de Atapuerca (Burgos).
Este equipo se muestra convencido de que hallará evidencias de neandertales en este yacimiento situado entre el Alto Guadiana Mancha y el Campo de Montiel, donde ya encontraron hace años un tejón primitivo y otros mamíferos del Pleistoceno, lo que indica que podría haber restos de fauna de gran tamaño.
«Estamos bastante esperanzados de encontrar más fauna y potenciales evidencias de homínidos y neandertales de la región», explica Daniel García, cuyo descubrimiento de los restos del tejón mereció un artículo en 2020 en la revista «Journal of Iberian Geology» en el que se destacaba que se había datado al animal en el Pleistoceno Inferior-Medio, lo que convertía a la Cueva de los Toriles en un enclave singular de restos fósiles de la meseta sur de la Península Ibérica.
La intención es, una vez estudiadas y limpiadas las piezas, exponerlas en Carrizosa durante la celebración de unas jornadas divulgativas, que pretende organizar el Ayuntamiento el próximo invierno, así como acompañarlo de material fotográfico que se vea hasta qué punto han profundizado en la Cueva.
El alcalde de Carrizosa, Pedro Antonio Palomo, informa que el Ayuntamiento apoya al equipo también en esta excavación, en esta ocasión gracias a un proyecto que subvenciona la Asociación Alto Guadiana Mancha, con fondos LEADER, asociación a la que pertenece la localidad carrizoseña.
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