La casa de Don Diego de Miranda, Caballero del Verde Gabán, debe su fama no sólo a sus valores artísticos sino literarios al haber sido descrita por Cervantes en el capítulo XVIII de la segunda parte del Quijote, por lo que despierta un gran interés entre los turistas:

"Halló Don Quijote ser la casa de Don Diego de Miranda ancha como de aldea; las armas, empero, aunque de piedra tosca, encima de la puerta de la calle, la bodega en el patio, la cueva en el portal y muchas tinajas a la redonda que, por ser del Toboso, le renovaron las memorias de su encantadora y transformada Dulcinea...".   Descripción literaria que coincide con los rasgos generales de la edificación.

La portada presenta estructura adintelada con ménsulas sobre las jambas que reducen la luz y cruz de la Orden de Calatrava, elemento extraño en la ciudad, sobre la entrada. Columnas adosadas enmarcan la portada y soportan un entablamento completo. En la parte superior se repite el esquema aunque se reduce la proporción de los elementos arquitectónicos.

Su situación casi en esquina permite el desarrollo de un balcón angular cubriéndose el conjunto con un alero de madera con canecillos de perfil partido.

El patio tiene pórticos sobre columnas toscanas con zapatas. Las galerías superiores conservan la estructura de madera con pies derechos, zapatas y balaustrada. La caja de la escalera se cubre con bóveda de media naranja.

Fuente: Villanueva de los Infantes. Ignacio Henares Cuellar  |  Rafael López Guzmán