Los orígenes del pueblo de Membrilla, según el historiador Inocente Hervás, pueden remontarse a una colonia griega asentada en este lugar: "Marmaria" fundada por gentes procedentes del Peloponeso, pues harto frecuente en los pueblos emigrantes, el dar el nombre del pueblo y región de donde proceden a los que nuevamente fundaban y ocupaban."
Pero el enclave ocupado posiblemente por Marmaria ya estaba habitado mucho tiempo antes. Todas las fuentes apuntan con seguridad al montículo que hoy alberga a la Ermita de la Virgen del Espino, como una motilla prehistórica de la Edad del Bronce, aunque la ausencia de prospecciones arqueológicas en el lugar impide detallar este aspecto.
Las motillas eran poblados fortificados de llanura, estratégicamente situados en depresiones encharcadas o en las vegas de los ríos. El aspecto que presentaban era el de un montículo de entre 4 y 11 metros de altura, en su punto más alto, una fuerte torre vigía central de planta cuadrada o rectangular y ángulos redondeados. En torno a la torre se disponían diversas murallas concéntricas, alojándose entre unas y otras diversas estancias del complejo. Alrededor de las motillas se agrupaba el poblado en un radio de 100 a 200 metros.
En caso de la Motilla de la Virgen del Espino, ésta se ubica en un terreno absolutamente llano, dentro de la zona pantanosa de la ribera del Azuer, en un cruce de antiguas cañadas y caminos.
C/Membrilla, 8
La Solana (Ciudad Real)
Tlf. 926 634 654 / 617 460 930
El doblamiento fue sucesivamente reutilizado, teniéndose certeza de la existencia de ocupación romana y presuponiéndolo la visigoda. Este punto defensivo se transformó en el célebre Castillo del Tocón, fortaleza musulmana que debió erigirse en el siglo XI y que dependería con seguridad de Almedina, centro musulmán de la zona. En el interrogatorio de las relaciones de los pueblos de España, mandadas hacer por Felipe II, 1575, queda recogida una versión más que curiosa del citado nombre del castillo: <<
El Castillo del Tocón fue tomado por tropas cristianas en 1198, aunque cambió de manos en sucesivas ocasiones, hasta que tras la Batalla de las Navas de Tolosa, 1212, el poblado, junto con toda una amplia comarca, inició un nuevo camino más tranquilo y proclive al asentamiento definitivo y a la ocupación de tierras con cuya explotación ganarse el sustento. En ese mismo año, 1212, el 29 de junio, fue definitivamente reconquistada la plaza a los moros tras dos días de asedio.
La Orden de Santiago fue la encargada del redoblamiento y sobre todo del reagrupamiento de la población diseminada en la localidad, en torno a un castillo reconstruido y en una tierra, por primera vez en muchos años, tranquila y pacificada. Así, en 1237, aparece citada La Membriella en el deslinde entre las Órdenes de San Juan y Santiago, y tan sólo dos años después se realiza el propio deslinde entre Santiago y Calatrava. Estas divisiones territoriales tuvieron suma importancia estratégica y fueron muy a menudo campo de pleito y batalla legal entre los distintos miembros del poder de cada comarca. Membrilla y el Tocón, por ejemplo, fueron reclamados a la Orden de Santiago por el Concejo de Alcaraz en 1243, no consiguiendo su propósito y quedando, para la curiosidad de la historia, reflejados en los documentos El Tocón despoblado y Membrilla, poblada y con iglesia abierta, supuestamente construida en 1223 y trasladada a la ubicación actual en 1509, según recogemos de las notas de efemérides de la localidad de Pedro Almarcha Jiménez.
En las dependencias del Castillo del Tocón la capilla hizo inicialmente las veces de Iglesia Parroquial. En ella se veneraban las imágenes de Santiago y de la Virgen del Espino. Con el tiempo, la población fue aumentando progresivamente y la presión demográfica obligó a sus habitantes a construir fuera del Castillo; así fue surgiendo el actual núcleo urbano de Membrilla, localizado sobre un asentamiento anterior (visigodo) o levantado rápidamente de nueva planta, que fue articulándose en torno a la Iglesia Parroquial medieval.
En el siglo XIV se fecha el primer documento que hace mención a la encomienda de Membrilla, por aquel entonces, y desde finales de este siglo, la localidad se encontraba inmersa en un amplio fenómeno de explosión demográfica que a finales del siglo XV convirtió a este pueblo en el sitio más poblado del Campo de Montiel. Parejo a este desarrollo llegaron lógicamente otros de índole económica, artística, urbanística, y la ubicación en los mapas de la época como lugar de importancia, por el que el día 7 de julio de 1477 pasara la reina Isabel "La Católica" en vida, y por donde volvería a pasar en 1504, esta vez muerta.
La encomienda de Membrilla, en la que "hay una barrera de tapia y después la puerta principal. Sobre ella una torre de mampostería almenada. En el interior; la iglesia de Nuestra Señora, al otro lado una caballeriza con treinta y dos pesebres de piedra, yeso y de madera" empieza a crecer a menor ritmo que las poblaciones de su comarca cuando los maestrazgos pasan a manos de la corona y por tanto, los maestres y las organizaciones de las Ordenes Militares afrontan el declive de su pujanza.
En 1535 se realizó una visita oficial a la encomienda, en la que se constató el estado de abandono, por ruina, que afectaba al castillo de El Tocón, hasta el punto que el comendador y el alcalde lo habían dejado para instalarse en el núcleo de la población. Aún se mantenía un alto nivel social que quedaba reflejado en el gran número hijosdalgo y caballeros de cuantía, que vivían en la villa, sólo superado por Villanueva de los Infantes.
A finales del siglo XVI, las "relaciones de Felipe II" hacen una radiografía de sumo interés de esta localidad”. Decimos que esta dicha villa está poblada en tierra llana y fría y enferma de piedra y piernas es tierra muy rasa.",”. El trato y granjería de esta villa es de labranza de pan y vino y algunos ganados menudos y mayores que se crían". Si bien se contaba por entonces con casi cuarenta mil cabezas de ganado, entre todas las especies criadas, y sus vinos eran exportados por toda la comarca, llegando incluso a Madrid, era deficitaria en aceite, pescado y madera. Los vecinos se autodefinen como pobres, prácticamente dependientes del campo y de los animales que crían, no existiendo en la localidad más que unas pocas tiendas de mercerías y paños, y resaltaban la buena calidad de las tinajas de barro que fabricaban. También quedó grabada para la posteridad en este importantísimo documento, la devoción que los membrillates sentían por su patrona, la Virgen del Espino "Nuestra Señora".
La expulsión de España de los moriscos, 1610, asestó un fuerte golpe a esta comunidad, que perdió de un plumazo ochenta familias vecinas, más de la décima parte de su población total. Algo se debió sentir morir en el corazón de los membrillates que con el paso de los años fueron testigos de cómo desaparecía físicamente el Castillo, quedando solamente levantados en su lugar originalmente el interior del fuerte, la Ermita de la Virgen del Espino. La pérdida de todo el valor estratégico de la Plaza hizo que El Tocón sólo fuera jalonado por las descripciones de los sucesivos personajes históricos que visitaron Membrilla, dejando constancia de su ruina una y otra vez, pero sin hacer nada para enmendarla.
Entre estos ilustres personajes históricos, podemos citar a Felipe IV que visitó el lugar en 1624 o a Cosme de Médicis, mecenas y Gran Duque de Toscaza, que hizo lo propio en 1668.
(Fotografías: Carlos Barraquete)
C/La Luz, Escalera 2 - Bajo A
Valdepeñas (Ciudad Real)
Tlf. 926 31 35 84 / 685 84 67 01
Los inicios del siglo XVIII trajeron malos vientos para Membrilla, las tropas imperiales saquearon la localidad, 1706-1707, quemando sus archivos y violentando personas y haciendas, pero también el inicio de nuevos buenos augurios, que el tiempo vería truncados. En la aldea del Santo Cristo del Valle, actual población de San Carlos del Valle, situada en el ejido de Santa Elena, lugar perteneciente a Membrilla y cuyos ricos pastos eran objeto de protección por parte del concejo, se decide erigir a la milagrosa imagen una iglesia y plaza porticada, en pleno momento de exaltación fervorosa. La plaza y la iglesia siguen siendo la admiración de toda la provincia. Las obras se desarrollaron entre 1713 y 1729. Con el renombre adquirido por el lugar y a pesar de su escasa población, se produjo la emancipación. Carlos IV en el año 1800 transforma en villa independiente a San Carlos del Valle, levantando, de paso, conatos de motín en la Membrilla que tanta devoción y tanto esfuerzo había puesto en su aldea.
El siglo XIX tampoco empezó con buen pie. La invasión napoleónica trajo consigo nuevos estragos en la Real Villa de Membrilla (Real, desde 1743), que fue incluso utilizada durante todo el mes de mayo de 1809 como cuartel general de las tropas francesas en la Mancha, al mando del general Sebastián.
Y esta historia, ha proseguido con nuevos agrios y dulces capítulos, como la supresión en 1820 del querido Convento Trinitario, al que llegó y del que partió, con la reforma bajo el brazo, San Juan Bautista de la Concepción; los triste sucesos de la Guerra Civil o el despuntar económico de esta localidad que hoy se muestra respetuosa con su pasado, esperanza con su porvenir y presidida, ante todo, por su Virgen del Espino que desde el viejo Tocón guarda sus pasos.
Fuente: Ayuntamiento de Membrilla
La Iglesia Parroquial de Santiago El Mayor, presenta en la actualidad un aspecto envidiable. Una Escuela Taller (1993-1996), arropada por vecinos e instituciones civiles y religiosas, ha devuelto la salud a este impresionante templo, con tal acierto que parece recién construido.
La iglesia actual inició su existencia en el siglo XV, sustituyendo a la antigua originaria del primer cuarto de siglo XIII, llamada Santiago "El Viejo". Convivieron ambas construcciones durante muchos años, estando sujeto Santiago "El Viejo" al nuevo templo, Santiago "El Nuevo". El edificio que hoy se presenta magnífico e imponente ante nuestros ojos, fue ampliado en capacidad y altura incluso antes de haber concluido los trabajos, siendo valorada la obra entre las mejores de la Orden de Santiago.
La Iglesia tiene 60 metros de longitud por 16 de ancho, 30 si incluimos las capillas y una altura interior más que considerable. La traza de su planta es de una sola nave, del tipo de salón, alojando capillas entre sus sólidos contrafuertes. Es de estilo gótico flamígero con algunas características isabelinas.
La fábrica de la Iglesia es, en general, de mampostería, excepción hecha de los elementos principales, de estructura u ornato, que están resueltos con sillería labrada. El ábside es poligonal y está presidido por un imponente nicho central. En el interior, la nave se divide en cinco tramos separados por arcos fajones apoyados en pilastras de base hexagonal.
Los pies de nave de la iglesia reciben un más generoso coro, soportado por dos grandes arcos carpaneles. También se acoge en los pies de Santiago el Mayor la torre de base cuadrada que despunta, con sus dos cuerpos y el chapitel de pizarra, los cielos de Membrilla.
La decoración del templo está prácticamente reservada a las portadas, ménsulas y capiteles corridos. En ellos se alojan zoomorfos y motivos vegetales, geométricos e incluso humanos, muy curiosos.
Se conservan también cinco puertas, tres escaleras interiores, algunas de muy bello trazado y tres portadas de acceso, siendo la principal la que abre el recinto por el sur, construida de piedra rosada en estilo gótico flamígero, como la del norte. La oeste responde al barroco final.
Ctra. La Solana, Km. 2,5
13300 - Valdepeñas (Ciudad Real)
info@valverdehermanos.com
Tlf. 926 347 848
La Ermita de Nuestra Señora la Virgen del Espino esta levantada sobre una privilegia motilla y contenida en el Castillo de El Tocón durante cientos de años.
La venerada Virgen ha cambiado de nombre a lo largo de su larga historia. Las primeras referencias la nombran "Nuestra Señora", después "Santa María del Castillo", "Nuestra Señora del Castillo" y finalmente "Nuestra Señora del Espino", a partir del inicio de la leyenda sobre sus apariciones milagrosas y hasta nuestros días.
La ermita se levanta con una sola planta la que con el paso de los siglos se le han ido anexionando diferentes estancias, en función de las necesidades de cada momento. La casa del santero, en la cara oeste, el camarín de la Virgen, en la fachada este y la capilla de Santiago, son los principales añadidos a la planta original. Su aspecto actual difiere radicalmente de la apariencia de construcción defensiva que tuvo en sus inicios.
La desaparición del castillo, en el que ocupaba una parte de las habitaciones, evidentemente no diferenciadas en su arquitectura militar, fue transformando la presencia de este espacio sagrado.
El paso de los años y las sucesivas obras de mejora y acondicionamiento, se encargaron de borrar toda huella de fortaleza y concediéndole de Santuario.
Ocupando un gran solar en la calle de las Monjas, se levantan el Convento y la Iglesia de monjas Concepcionistas Franciscanas de la localidad de Membrilla.
Su fundación fue obra de Francisco Camacho Martín, vecino de la villa que al no tener descendencia propuso en 1609 la fundación de un monasterio femenino. La propuesta fue recogida por una comunidad de monjas de Villanueva de la Fuente, que vio a su alcance la posibilidad de mejorar su vida diaria, ya que subsistían a duras penas, sometidas a la excesiva escasez de medios en el lugar que moraban y a la presión del Vicario de Alcaraz.
Membrilla suponía una buena perspectiva, pues en la localidad no había ningún otro convento femenino y el pueblo era considerado "rico". En 1610 fue autorizado el traslado de estas monjas.
Bartolomé Camacho, hermano del fundador, fue el verdadero promotor de las obras que habrían de transformar las moradas de las monjas en el convento que hoy conocemos, de planta cuadrangular y tres alturas, con muy pocos huecos abiertos al exterior, excepción hecha de los arquitos en la tercera planta y en la torrecilla lateral, realizado con ladrillo y mampuesto vistos. Del conjunto sólo resaltan la torrecilla, de bonita factura y la espadaña, que alberga dos campañas.
En 1623, reunidas las monjas, entre otros unánimes acuerdos juraron bajo pena de excomunión mayor "perseverar y vivir en el convento perpetuamente, sin prendarlo ni trasladarlo a otra parte alguna" y cumplir estrictamente las cláusulas de la fundación.
Actualmente se puede visitar el "Molino del Rezuelo", situado en el paraje el Rezuelo, obra que ha sido reformada por la Escuela Taller de Membrilla.
El Molino del Rezuelo era uno de los once molinos de agua que jalonaron el recorrido de esta corriente fluvial a su paso por Membrilla. Recibían los nombres de Molino Chico, Molino del Paso, Molino del Comendador, Molino de Juárez, Molino de Diego del Vado, Molino de Pedro González, Molino de María Martín, Molino de Piña, Molino del Rezuelo, Molino del Blanquillo y Molino de Santa Ana, y se distribuían en este orden por el cauce membrillato, en la dirección de La solana a Manzanares.
La gran mayoría de estas máquinas se encuentran en la actualidad en diferentes estados de ruina, solamente el Molino del Rezuelo se mantiene dignamente en pie, permaneció activo hasta finales de los años setenta.
Las características de estas máquinas que tan importantes han sido en nuestros campos y ciudades, además de que la cercanía del núcleo de población, apenas dos kilómetros, hacen posible visitarlo dando una grato paseo.
La construcción de un molino de agua, aunque aparentemente rústica, si sólo observamos su aspecto superficialmente, requería de la intervención de personas muy expertas que conocían a la perfección el cauce del río, sus caprichos y particularidades. Buscaban los desniveles tan difíciles de encontrar en nuestra Mancha plana y desviaban un "brazo" de agua de su curso natural, mediante una canal poco profundo que era llamado caz o cass.
C/ Salida de Membrilla
Esquina prol. San Francisco
Valdepeñas (C. Real)
Tlf. 926 32 10 44 / Urgencias: 626 80 20 33
www.valdepenasveterinarios.com
La tierra que se sacaba de este canal, que discurría paralelo a la corriente del río, se depositaba en sus márgenes, lo que le servía de refuerzo, y si no resultaba suficiente aportaban más de las tierras de los alrededores.
El caz moría en el cubo, un pequeño embalsamiento de agua cuya función era ir reteniendo los aportes del canal. Si el agua embalsada superaba la capacidad del cubo, se vertía por una especie de portillo de seguridad, llamado ladrón, que la devolvía a su cauce natural.
Todo este sistema de conducción y almacenamiento del agua debía ser mantenido continuamente para que no se degradar y el molino funcionara al límite de sus posibilidades. El cubo tenía que ser reforzado, repuesta la tierra de sus márgenes y vigilado muy de cerca para evitar fugas o taponamientos. Era normal que el refuerzo del caz se hiciera con lanchas de piedra o con la plantación de árboles que fijaban con sus raíces el terreno.
Una represa de mampostería cerraba el cubo del molino, compartiendo las fundaciones de retención de agua con las de estructura del propio molino, pues era uno de los cuatro paramentos con que contaba el edificio.
El agua era encauzada para que pasar a presión por debajo del molino y pusiera en marcha las paletas del eje, con cuyo movimiento se transmitía una fuerza de rotación a las muelas de piedra, auténticas artífices del trabajo del molinero.
El grano caía por un sencillo mecanismo entre las piedras del molino y era convertido en polvo gracias al peso de las piedras y al mecanismo de giro.
Evidentemente, la actividad de estos molinos dependía del nivel del cauce y era muy normal que sólo pudieran trabajar en los períodos lluviosos de invierno, teniendo que llevarse el grano en verano a los Reales Molinos de Ruidera o a los molinos movidos por la fuerza de animales: tahonas.
El Rezuelo contó originalmente con tres piedras moledoras, aunque en la actualidad solo quedan dos.
Eran muchos los productos obtenidos de estas antiguas fábricas. En primer lugar, un sistema de cribas apartaba la harina de las impurezas y después se separaba el salvado, la cáscara del grano. A partir de este momento, podían obtenerse diversas calidades de harina, en función de la finura del producto deseada.
(Fuente: Ayuntamiento de Membrilla)
(Fotografías: Carlos Barraquete y Enrique Jiménez)
Para ampliar las imágenes, "pinchar" sobre ellas y si se quiere ver la siguiente o la anterior, no es necesario volver de nuevo a esta página, con pulsar en los botones atrás ó delante, automáticamente se visualizarán. Para salir y volver a la página inicial, pulsar la tecla "ESC"
Renovación y obtención de todo tipo de licencias y permisos.
Avda. de los Estudiantes, 54
Valdepeñas (Ciudad Real)
Tlf. 926 320 435 / 625 715 213
Fiestas patronales de Membrilla, que se remontan al siglo XIII, cuando el capitán Meléndez Arias, al frente del Castillo del Tocón las trajo de Talavera de la Reina, su ciudad natal.
Se celebran el penúltimo domingo del mes de agosto aunque anteriormente se conmemoraban en fechas distintas.
Las fiestas duran 5 días, de jueves a lunes. El jueves anterior al comienzo de las fiestas, San José es sacado en procesión desde la parroquia hacia la ermita de la Virgen del Espino, donde la recoge y vuelven a la parroquia, en donde se encontrará hasta el lunes de Desposorios, cuando la Virgen es llevada de vuelta a su ermita donde permanecerá hasta el año siguiente.
Durante el tiempo que la Virgen permanece en la iglesia se reza un novenario. Característicos de estas fiestas son los cumplidores, que actúan a manera de padrinos de los Desposorios y los alabarderos que acompañan a la Virgen en sus procesiones.
El domingo se celebran los Desposorios en los que José y María se prometen, siendo los cumplidores padrinos de esta ceremonia. Por la tarde, la imagen de la Virgen es sacada en procesión por las calles de la localidad acompañada de la imagen de San José, Cumplidores, alabarderos, banda de música y autoridades civiles y religiosas.
Finalizada la procesión, la imagen se coloca en la Plaza Grande, y se lleva a cabo el ofrecimiento, acto en el que los vecinos de la villa depositan su ofrenda ante la Virgen.
El Lunes de Desposorios, la Virgen es devuelta a su ermita. Por la tarde se celebra la tradicional "Puja" de objetos donados a la Patrona.
Junto a estos actos tradicionales se celebran verbenas, juegos populares, etc.
El 25 de julio, festividad de Santiago Apóstol y día grande en Membrilla. Tenemos conocimiento de que ya en el siglo XVII existía una cofradía de Santiago en Membrilla. Es la hermandad de Santiago la que organiza la celebración de esta fiesta.
La víspera de Santiago se celebra una verbena popular en la cabecera del Espino, y en la que junto a los bailes se degusta la típica "serrana" (vino tinto con azúcar y melocotón).
El día de la festividad todos los hermanos van a por el agasajo que consiste en una llavecilla de azúcar tostada. Ya por la tarde se lleva la imagen de Santiago en procesión por las calles de la localidad. Es un día de reunión con los amigos para tomar serrana en las casas.
A principios del siglo XX, la Semana Santa se caracterizaba por la riqueza de su imaginería religiosa y la pobreza de sus procesiones. Todas las imágenes desaparecieron durante la guerra del 36.
Las dos primeras imágenes que se compraron tras la contienda de 1936 fueron las de Jesús Nazareno y la Virgen de las Estrellas (Virgen de los Dolores).
Hoy en día tienen especial emotividad la procesión de la madrugada del Viernes Santo, que se realiza tras la celebración del sermón del encuentro. El mismo viernes todas las hermandades agasajan a sus hermanos con avellanas y un bizcocho.
La procesión del Viernes Santo por la noche, en la que salen todas las cofradías, muestra también una espectacular belleza.
Una de las tradiciones que se mantiene es la de "mantear" al Judas y romper el botijo el domingo de Resurrección por la tarde. Pandas de amigos y amigas salen al campo ya las plazuelas para mantear al Judas.
Tradición que se remonta al siglo XVI e incluso antes. Se vestían cruces en las calles con motivos florales y religiosos.
Hoy, su celebración se encuadra en el día 2 de mayo. Por la noche los vecinos de Membrilla. "visten" las cruces bien por tradición u ofrecimiento, e invitan a todo el que pase a visitarla a zurra y "puñao". Grupos de rondallas y tunas las visitan cantando a la cruz los mayos.
Tenemos datos de que al menos desde el siglo XVIII, se celebra en Membrilla la festividad de San Antón. Se caracterizaba esta fiesta por que se engalanaban las caballerías con estrellas de papel, espejos redondos con lazos de colores en las colas y otros adornos, concediéndose premios a las mejores. Con estas caballerías se daban tres vueltas a la iglesia, en torno a la imagen del Santo, traída de la ermita para la ocasión.
Hoy en día, se sigue celebrando esta festividad, aunque las caballerías han dado paso a todo tipo de animales de compañía. Las tres vueltas en torno al Santo se siguen dando, aunque haya cambiado la ubicación de este para darlas. Se celebra en fin de semana, normalmente el posterior a la festividad del Santo que es el 17 de enero. El sábado se hace una hoguera y se invita a todo el que pase por allí a zurra y refresco y aperitivos típicos de la zona.
El domingo tras la celebración de la eucaristía se realiza la procesión con el Santo, banda de música y vecinos/as de Membrilla con sus animales. Todos los hermanos son agasajados tras la procesión.
El inicio de esta celebración data de mediados de los años 50, cuando los labradores trajeron la imagen actual de San Isidro. Hasta el año 2000, la romería se celebrara en el paraje denominado "El Peral", desde este año se celebra en el "Parque del Espino".
La celebración tiene lugar el fin de semana posterior al 15 de mayo, salvo que este día sea sábado o domingo. La víspera de la romería se celebra una verbena popular para todos los hermanos.
La romería que se celebra en el paraje del Espino, suele estar amenizada por una orquesta. Se instala una gran barra y se ofrece cerveza gratuita a todos los romeros. A los hermanos se les obsequia con una torta dulce. Por la mañana y antes de dar comienzo la romería se lleva al santo en procesión hasta el lugar de encuentro y se le ofrece una misa.
El 25 de abril, y con motivo de la festividad de San Marcos, se sale al campo a merendar el hornazo (torta dulce que encierra un chorizo y un huevo cocido), y a espantar al diablo o demonio haciendo un nudo en las siembras que por estas fechas ya están crecidas.
Hoy la mayoría de los vecinos/as de Membrilla celebran San Marcos el domingo siguiente a su festividad con salidas al campo con amigos y familiares.
Mucho ha cambiado la celebración del carnaval en Membrilla durante los últimos años del siglo XX. Hasta mediados de los años 80, una calle de Membrilla era la indiscutible protagonista de estas celebraciones. La calle Nueva, hoy calle Santiago, recogía el deambular de la máscara callejera, la que usaba la colcha y la ropa del baúl para disfrazarse.
Actualmente, y con el afán de recuperar y mantener estas tradiciones, el Jueves, llamado de comadres, anterior al domingo de carnaval, se pueden ver en Membrilla máscaras tradicionales, paseando arriba y abajo por distintas calles de la localidad, para finalizar por la noche en el baile de máscaras. Este día las madrinas invitan a sus ahijados/as a comer gachas blancas.
Otro día importante en el Carnaval de Membrilla es el martes y su almuerzo. Grupos de máscaras se reúnen para almorzar desde tempranas horas de la mañana. Actualmente este almuerzo se realiza en la explanada del Espino, habiendo tenido anteriormente otras ubicaciones.
No debes perderte el desfile del domingo de carnaval, en el que la mayoría de sus participantes son locales, lo que demuestra el gusto por el carnaval en esta localidad.